LAS RELIGIONES, LA NATURALEZA Y EL HOMBRE

La naturaleza fue creada por Dios, pero la dejó en manos del hombre. Existe algo que se denomina alabanza de la naturaleza,alabanza de indole religiosa hacia elementos de la naturaleza o hacia el universo y hacia la propia humanidad; algo distinto al naturalismo. Esta práctica es loable y necesaria, la naturaleza invita a entregar el espíritu y compartir con las plantas y animales.
Existen grupos y personas que procuran vivir lo mas penetradas con el medio ambiente natural, se han desarrollado las llamadas ONGs quienes se encargan de "rescatar y proteger la naturaleza", sin embargo, están sujetas al apoyo económico que puedan recibir, esta característica las limita y desvía sus intenciones.
La naturaleza es "la cosa útil" mas oportuna para el sistema industrial creado por el hombre, es capaz de atrapar, extraer, usar y comercializar  el mas vital de los fluidos vivificadores que nos aporta para nuestra sobrevivencia.
«Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor»,"San Juan Pablo II se ocupó de este tema con un interés cada vez mayor. En su primera encíclica, advirtió que el ser humano parece «no percibir otros significados de su ambiente natural, sino solamente aquellos que sirven a los fines de un uso inmediato y consumo» Sucesivamente llamó a una conversión ecológica global Pero al mismo tiempo hizo notar que se pone poco empeño para «salvaguardar las condiciones morales de una auténtica ecología humana» La destrucción del ambiente humano es algo muy serio, porque Dios no sólo le encomendó el mundo al ser humano, sino que su propia vida es un don que debe ser protegido de diversas formas de degradación. Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en «los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad» El auténtico desarrollo humano posee un carácter moral y supone el pleno respeto a la persona humana, pero también debe prestar atención al mundo natural y «tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado» Por lo tanto, la capacidad de transformar la realidad que tiene el ser humano debe desarrollarse sobre la base de la donación originaria de las cosas por parte de Dios".
 "Judaísmo y cristianismo

Las frases del Génesis "haced que la tierra os obedezca", "creced y multiplicaos, habitad la tierra y dominadla" o "gobernad sobre todos los animales" son muy significativas y han marcado la tradición judaica y la cristiana. Pero según el Midrash Rabbá, Dios dijo al primer hombre: "Mirad que bella y perfecta es mi creación, la he creado para vosotros. Sed conscientes y no la traicionéis ni las destruyáis. Si lo hacéis, nadie os seguirá para repararla".
La Creación es considerada por los judíos como buena en sí misma, aunque para perfeccionarla y santificarla necesita, según la creencia judía, a hombres temerosos de Dios. Sin embargo, creer que la naturaleza es sagrada o equiparar al ser humano con el resto de la creación no es posible para los judíos ortodoxos.
La judía es una tradición milenaria, pero viva. En la década de 1980 un pequeño grupo de rabinos empezó a tomar conciencia de la destrucción del entorno natural y se decidieron a divulgar el ideal judío del “tikum olam” (reparación o sanación del mundo) a través de unas reglas de comportamiento ecológico.
La Biblia de los cristianos ofrece ideas interesantes desde el punto de vista ecológico, como la historia del arca de Noé, la cual demuestra que Dios valora tanto al hombre como al resto de su Creación. Ajenas a esta enseñanza, las autoridades eclesiales, durante 2.000 años, se han decantado por separar al ser humano de la naturaleza, declarada pecadora.
Pero también el cristianismo tiene posibilidades ecológicas. El ex franciscano brasileño Leonardo Boff intenta en sus libros tender un puente entre cristianismo y ecología, aunque lo hace desde fuera de las instituciones de la Iglesia católica, tras ser expulsado por su contribución a la teología de la liberación.
Hinduismo y budismo
Los primeros textos védicos son cantos a la belleza y la variedad del mundo natural. Todo es sagrado. Sin embargo, se tiende a creer que la divina dignidad de un río no puede ser afectada por ningún comportamiento humano, así que nada impide orar junto al Ganges y acto seguido verter lo que sea. No obstante, es frecuente que los ecologistas argumenten razones religiosas para frenar proyectos que impliquen tala masiva de árboles o construcción indiscriminada de industrias.
Forma parte de las creencias hindúes que existen ciclos de creación y destrucción. Pero los textos religiosos no dicen que se espere la debacle de brazos cruzados, sino que apuesta por una ética -dharma- que debe disminuir el sufrimiento de la naturaleza.
Enseñanzas básicas del budismo son la empatía -compasión- hacia los seres y la creencia de que existe una dependencia mutua de todos los fenómenos del mundo natural. Para el budismo no existe un alma o yo individual separado del cosmos. Animales, plantas, hombres y universo forman una red viva en la que ninguna parte puede dominar otra parte.
Islam
El Corán está repleto de loas a las maravillas de la Creación: "¡En el nombre de Alá, el Creador, el Justo! Es Él quien ha hecho crecer los jardines salvajes y cultivados, las palmeras y los cereales de diverso fruto. Comed de sus cosechas pero que no os lleve la gula". La naturaleza no puede considerarse sagrada, pero refleja la belleza de Alá.
En los 6236 versos del Corán, los teólogos han encontrado más de 500 que recomiendan llevar una vida respetuosa con los animales y las plantas. En los textos Hadith sobre la vida de Mahoma, el profeta se muestra cuidadoso con la tierra, con el agua, con los animales salvajes y los domésticos. Incluso se desarrolla el concepto "zona de protección", antecedente de los actuales parques naturales, dentro del frágil ecosistema de la sociedad árabe. De todos modos no se ha traducido en hechos tangibles todo el potencial "verde" -éste es el color del Islam- de los textos sagrados".
Entre el Hombre, la Naturaleza y el Trabajo, es el hombre quien tiene la responsabilidad de protegerse, a si mismo, al proteger a la naturaleza; las religiones tienen la posibilidad de masificar acciones homonatropicas o ecológicas capaces de rescatar y proteger lo mas importante para nuestra existencia en el planeta. El trabajo es la vía para extraer los bienes de la naturaleza y debe ser la ruta a seguir para mantenernos y para desarrollar un baremo que permita reintegrarnos de forma orgánica con el medio ambiente
Si bien es cierto existe curiosidad por "otros mundos", existen proyectos para habitar otros planetas pero eso no puede ser una razón para dejar de rescatar y proteger lo que tenemos. No tiene sentido, sin dejar de ser interesante,  invertir tanto esfuerzo en una actividad que no ofrece beneficios directos e inmediatos para la humanidad ni la naturaleza.
Cada sermón diario de las iglesias debería, ademas de la adoración de Dios, contenerun mensaje dirigido a rescatar y proteger la creación de Dios. Los millones de devotos de las distintas religiones podrían crear "cuadrillas" dirigidas a la reforestación, clasificación y reciclaje de el Recurso Artificial Recuperable ( basura), y otras actividades que podrían compartirse con la asistencia a las distintas congregaciones a las que asisten de la mano de quienes tiene la responsabilidad de dirigir "al rebaño" y enfocarlo a la protección de la creación de Dios.

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