EL SÍNODO DE LA AMAZONÍA Y LA HOMONATROPIA
El Sínodo de la Amazonía,“Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral” consta de 30 páginas en las cuales se exponen los 120
puntos que fueron votados y aprobados por tener dos tercios de los votos
a favor. Así, los puntos tratados fueron a su vez divididos en una
introducción, 5 capítulos (que corresponden a la conversión integral,
pastoral, cultural, ecológica y sinodal) y una conclusión".
En la Homonatropia se ha sostendio que: las leyes económicas dependen del mercado, y las leyes para proteger a la naturaleza depende de conveniencias; en este caso en particular, pareciese cumplirse esta premisa debido a que si se somete a consideración un tema como este, debería ser para alcanzar una plantificación y organización efectiva; se debería suponer que una Filosofía Cristiana o Católica o cualquier iglesia, debe establecer normas relativas a la creación de Dios, sin divisiones o criterios encontrados.
"Según el párrafo 74 del documento, el papel de la Iglesia es el de
aliada. A partir de esto los indígenas han expresado claramente: "queremos que
la Iglesia nos acompañe, que camine junto a nosotros, y no que nos imponga
un modo de ser particular, un modo de desarrollo específico que poco
tiene que ver con nuestras culturas, tradiciones y espiritualidades. Ellos
saben cómo cuidar la Amazonía, cómo amarla y protegerla; lo que
necesitan es que la Iglesia los apoye".
Existe una competencia, que podría calificarse de absurda, entre iglesias y sectas por acaparar creyentes, cuando realmente lo importante es el ser humano y la naturaleza mas allá de dedicarse a adorar a Dios, deberían lograr la integración del hombre y el medio ambiente: en este punto no entran los indígenas, ellos viven en comunión con la naturaleza y con Dios.
“Esta única crisis socio-ambiental se reflejó en las escuchas
pre-sinodales que señalaron las siguientes amenazas contra la vida:
apropiación y privatización de bienes de la naturaleza, como la misma
agua; las concesiones madereras legales y el ingreso de madereras
ilegales; la caza y la pesca predatorias; los mega-proyectos no
sostenibles (hidroeléctricas, concesiones forestales, talas masivas,
monocultivos, carreteras, hidrovías, ferrocarriles y proyectos mineros y
petroleros); la contaminación ocasionada por la industria extractiva y
los basureros de las ciudades y, sobre todo, el cambio climático”,
Existe una conciencia y conocimiento relativa al estado de la naturaleza por causas de la acción industrial y las ansias de acumulación de capital, se habla en grandes e importantes encuentros mundiales, se logran acuerdos y todo queda en papel.
Esperemos que la intervención de la iglesia (con pecado o sin pecado) logre no solo agregar una voz mas, también alcanzar una masificación de algo que nos afecta a todos por igual, creyentes o no en el creador; cabe repetir: si Dios no creó el universo...fue un perfecto expectador, y le gusto.
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