EDUCACION AMBIENTAL Y LOS TITULOS UNIVERSITARIOS
El sistema educativo tal y como está planteado tan
solo ofrece seres para el mercado de trabajo y productivo, y a pesar de las
especializaciones dirigidas en el orden socio - humano y ecológico, prevalecen
los criterios económicos por aquello que se debe alcanzar, una mejor “calidad
de vida”, esta proposición no permite la acción de nuevas ideas, salvo si son
impulsadas por grupos poderosos capaces de imponer nuevos criterios.
La educación ambiental no puede ser vista ni ofrecida,
ni masificada como una especialidad académica introducida en un mundo de
criterios tan diversos por sus orígenes y sus objetivos como los que ofrecen
las llamadas ciencias, debe ser concebida, aplicada y difundida como una misión
de vida. Las llamadas “ciencias”, no son más que enfoques específicas,
manifestaciones científicas, que se realizan a partir la ciencia la cual es
solo una, la ciencia es el producto de la relación entre los seres humanos con
la naturaleza y el trabajo.
Las especializaciones académicas, traen consigo un
conocimiento relativo de el todo, y ese todo es la ciencia, esta esencia se
manifiesta continuamente en los individuos del reino animal, incluyendo al
hombre y en el reino vegetal, los individuos somos capaces de razonar
científicamente; luego de un tiempo vivido las experiencias permiten escoger el
alimento, el olor a reconocer las condiciones de un alimento y sus efectos en
nuestro organismo, estas características distinguen la posibilidad de
vincularnos de forma natural con eso llamado ciencia, empíricamente.
Las ciudades, concebidas, aparentemente, para el “buen
vivir”, son espacios donde se implantan ideas ordenadas para lograr un “vivir
de calidad”, la calidad se refiere a la opción económica que tienen las
personas, si tienen la capacidad económica, para ubicarse y demostrar que tiene
un poder por encima de un grupo de personas que no gozan de esa “calidad de
vida” que les vende el sistema económico, esas personas imposibilitadas son las
comunidades marginales que sufren de la escases en todos sus manifestaciones;
no es el caso de los indígenas, estos
últimos poseen una forma de vida, imposible de ser cualificada o calificada,
según las premisas de “la civilización”, pues la vida en estos espacios ocurre
de forma natural. ¿Cómo evaluar la calidad de vida de los indígenas?
La educación, en general, debe ser sometida a una
revisión profunda con la finalidad de redefinir sus metas y objetivos, pasando
por su metodología con la finalidad de lograr revincular al ser humano con la
naturaleza. Se debe realizar un “corte” que permita reorientar todas las
acciones y los principios científicos con la finalidad de lograr un nuevo orden
social, laboral, económico y sobre todo humano, donde se le dé principal
importancia a la naturaleza y forjar un balance que beneficie tanto al hombre
como al ambiente. El ser es naturaleza es ciencia, en sí mismo, no puede
seguirse viendo como un elemento socio económico separado de su principal
origen como lo es el hecho natural. Somos parte de la naturaleza y somos
naturaleza, las semejanzas con el resto de los animales son muchas, más que las
diferencias, esto obliga a revisar el proceso de vida implantado donde el
materialismo y las ideas economicistas prevalecen y definen al actuar donde las
causas y efectos se encadenan generando, siempre, los mismos resultados con los
mismos errores, a los cuales se les aplican soluciones, y no son más que
“remedios momentáneos”.
La Homonatropia promulga el reconocimiento de la
fórmula: HOMBRE – NATURALEZA – TRABAJO, como la idea principal y básica de
nuestro accionar. Ciencia y educación son eslabones, inseparables, los cuales
deben ser reconocidos, masificados y estudiados profundamente con la finalidad
de aclarar la verdadera esencia y fin de la existencia de los seres vivos en el
planeta tierra.
La educación ambiental no puede ser una materia, ni
una especialidad, debe ser el principio y base del sistema educativo en
general, con la finalidad de generar nuevos paradigmas capaces de reorientar la
acción humana y por ende la ruta a seguir y lograr la tan anhelada “felicidad”,
la cual solo será posible cuando se reencuentren el ser humano y la naturaleza.
En este mismo orden de ideas a continuación se
realizan unas serie de observaciones a la tesis: “La Crisis Ambiental Como
Proceso, Un Análisis Reflexivo Sobre su Emergencia, Desarrollo y Profundización
Desde la Perspectiva de la Teoría Crítica”,
presentada por: Ofelia Agoglia para optar al título de: doctor, en la
universidad: UNIVERSITAT DE GIRONA, en el año: 2010; igual que a este se pueden
ser realizadas observaciones a otros trabajos u opiniones que se inscriben
dentro del sistema establecido en relación con este tema de principal
importancia, como a otros; la finalidad
de estas observaciones no tiene como fin menospreciar las opiniones de su
autor, ni de las referencias a las cuales se aluden como soporte de las ideas
expresadas en él. La finalidad es sumar opiniones, criterios y enfoques en un
tema tan importante como es la relación: hombre naturaleza, principalmente, por
ser esta la vinculación que puede ser vista por separado: el hombre, por un
lado, y la naturaleza por el otro, pero realmente es una unión imposible de ser
separada o seguir siendo estudiada como si se tratara de entidades de
diferentes planetas.
“La relación sociedad-naturaleza se concibe dentro de
una dimensión espacio temporal, en el sentido que, las acciones y consecuencias
de la intervención social sobre el medio natural transcurren en un continuo
temporal, que, al estar determinado históricamente, responde a un proceso
dinámico. Al abordar su dimensión temporal se pone en evidencia la existencia
de dos tiempos diferenciados, por un lado, el tiempo en que transcurre la
realidad social, por otro, aquél en el que transcurren los fenómenos
naturales”.
En atención a las observaciones que seran realizadas a
este trabajo, es oportuno comenzar a realizarlas y lograr ampliar el interés y
las motivaciones dirigidas al medio ambiente, su protección y rescate. Es
preferible hablar de relación entre: hombre – naturaleza o ser humano –
naturaleza; el uso del término: “sociedad”, implica o manifiesta un
distanciamiento entre el “ente” humano y la naturaleza, si bien es cierto esto
es una condición de diferentes manifestaciones científicas sociales, se denota
una suerte de desapego como si fuésemos elementos distintos de la naturaleza.
La intervención del ser humano en la naturaleza no es esporádica, ni por
épocas, ni eventual, es una acción permanente no solo por lo que esta nos
ofrece, también porque dependemos de ella.
Lo anterior permite revisar el “proceso dinámico”, y
esa diferenciación que se hace del tiempo: “el tiempo en que transcurre la
realidad social, por otro, aquél en el que transcurren los fenómenos
naturales”, cabe preguntarse: ¿Cómo y de qué manera se distinguen dos tiempos
en la relación entre el ser humano y la naturaleza? ¿en qué momento vivimos
separados del ambiente total?, si, vivimos separados en esos espacios llamados
“ciudad”, creados para “vivir con calidad”, pero dependemos de la naturaleza la
cual es tratada como un almacén, el cual posee un “stock”, para satisfacer
nuestras necesidades, no solo eso, en la misma ciudad respiramos, necesitamos
del agua, de los árboles, para eso los parques, y en los momentos oportunos nos
escapamos para compartir con el ambiente total; el dinamismo es acción, y el
hombre es activo, dinámico, algo innato en nuestra condición de ser animal
racional.
“El vínculo material en la relación
sociedad-naturaleza está representado por el conocimiento tecnológico,
concebido como, “el conjunto de conocimientos y habilidades aplicadas a la
explotación de los recursos” (Brailovsky, 91)”
Para la Homonatropia el concepto: “Recurso”, no puede
ser aplicado ni al ser humano, ni a la naturaleza, ni a la vida. Esa
calificación solo otorga características de “cosas” que son válidas para las
“cosas” materiales o creadas por el hombre, en lo otro no intervino, nadie,
para nada. Todo lo logrado por el hombre o lo llamado: “desarrollo” no tiene
otro origen que no sea la naturaleza, “ese conocimiento tecnológico”, es
producto de la interacción hombre – naturaleza donde se elaboraron las
herramientas, métodos y procesos que nos permite explotar los bienes de la
naturaleza y ser utilizados para “satisfacer nuestras necesidades”, gracias a
nuestra labor o trabajo; la “explotación de los recursos” es ambivalente, se
explota la naturaleza y al hombre por igual.
En atención a las observaciones realizadas
anteriormente, en esta parte se mantiene un criterio de revisión con la
finalidad de responder a las motivaciones de quienes procuramos una nueva
visión en relación a nuestra relación básica como lo es: hombre -
naturaleza.
Continua la tesis expresando: “Retomando las ideas
expresadas en el apartado anterior, se considera importante enmarcar el
análisis de la crisis ambiental, a partir de las diferentes concepciones
ideológicas que subyacen a la relación sociedad – naturaleza a lo largo del
proceso social en el cual se produce su surgimiento y desarrollo. Con el fin de
analizar dicho proceso, se toma como referencia la perspectiva de la sociología
del conocimiento propuesta por Mannheim (1893-1947) desde la cual “hay formas
de pensamiento que no pueden ser adecuadamente comprendidas mientras que sus
orígenes sociales permanezcan ocultos” (Mannheim, 1966: 47)
En virtud de ello y, tomando como antecedentes los
trabajos desarrollados por autores como Collingwood (1950), Grimberg y
Svanström (1984), Brailovsky (1991, 1997, 2006), Sennett (1994), Bifani (1999),
Caride y Meira (2001), Feiteiro (2004), Carneiro (2006)…, entre otros, se
propone realizar un recorrido que ponga de manifiesto la relación entre
racionalidad dominante y construcción de conocimiento y sus implicancias sobre
la conceptualización de naturaleza, a partir del análisis de tres grandes
procesos sociales identificados como: cosmológico, teocéntrico y
antropocéntrico.
Más allá de realizar un análisis exhaustivo de las
características específicas de cada proceso, lo cual requeriría una
profundización que excede los objetivos de este trabajo, el abordaje se centra
en la identificación de categorías conceptuales en torno a las cuales se
estructura la producción de conocimiento en cada una de las etapas
consideradas, desde una concepción a partir de la cual se considera que no
existe una ciencia que sea independiente a su contexto ideológico (Bifani, 99:
33 - 34).
En cada caso se han seleccionado algunos textos a
través de los cuales se pone de manifiesto la concepción ideológica dominante y
su incidencia sobre la conceptualización de naturaleza, así como el proceso de
transición que implica el ocaso de una determinada racionalidad y la
cristalización de una nueva forma de concebir el mundo.
Con mayor fuerza que en cualquier otro momento
histórico, los teóricos del iluminismo adhieren a la convicción de que el
hombre, a través de la razón, puede aprehender el universo y subordinarlo a sus
necesidades. La fe religiosa es reemplaza por una nueva fe sustentada en la
razón y la ciencia. Combinación de la cual se origina una concepción del
universo basada en la aplicabilidad universal de las leyes naturales (Zeitlin,
1974).”
Es posible parafrasear lo anterior de la siguiente
manera: los representantes del poder en distintos ordenes, se sienten
superiores y capaces de poder implantar ideas y criterios que van dirigidos,
aparentemente, a beneficiar al hombre, pero al final lo devalúa al atacar la
naturaleza como un ente separado de el ser humano. Se ha mantenido la creencia
de que se debe y se puede “subordinarla”, o someterla, y esto vendría en
beneficio de esa llamada sociedad.
Los centros de poder, religiosos, económicos, etc. han
mantenido la creencia en “la sociedad”, de que sus manifiestos son los,
necesariamente, deben ser aplicados para alcanzar la calidad de vida requerida
para vivir bien. En todo caso basta con dar una mirada a nuestro entorno en
cualquier parte del mundo y ver como mientras mueren las ciudades, maquilladas,
se puede notar el deterioro constante y permanente de la naturaleza; ¿Cómo es
posible lograr una estabilidad emocional, psíquica y social si permanentemente
se esta degradando la naturaleza para explotar sus bienes?
Eso llamado “ciencias”, no son mas que enfoques de esa
esencia, única, como es la ciencia, un ente autopoietico, en el cual el ser
humano, a través del trabajo logra su transformación y modificar el ambiente,
esto ultimo debes ser revisado y replanteado con la finalidad de lograr un
balance que beneficie al ser humano y la naturaleza.
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